viernes, 6 de diciembre de 2013

Primera Lectura, Salmo responsorial, Segunda lectura, y Aleluya

Primera Lectura

La primera lectura suele ser tomada del Antiguo Testamento. En Pascua de Resurrección suele ser tomada del Apocalipsis y los Hechos de los Apóstoles.

Salmo responsorial

Se canta o recita un fragmento de un salmo tomado del libro homónimo, en forma antifonal: los fieles repiten una antífona y un salmista, lector, u otra persona idónea lee o canta los versículos del salmo. Esta parte de la Eucaristía goza de una gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la palabra de Dios. El salmo responsorial ha de responder a cada lectura y ha de tomarse, por lo general, del Leccionario. Se ha de procurar que se cante el salmo responsorial íntegramente, o, al menos, la respuesta que corresponde al pueblo. El salmista o cantor del salmo proclama sus estrofas desde el ambón o desde otro sitio oportuno, mientras toda la asamblea escucha sentada y participa además con su respuesta, a no ser que el salmo se pronuncie de modo directo, o sea, sin el versículo de respuesta. Con el fin de que el pueblo pueda decir más fácilmente la respuesta sálmica, pueden emplearse algunos textos de respuestas y de salmos que se han seleccionado según los diversos tiempos del año o según los distintos grupos de santos, en lugar de los textos correspondientes a la lectura, cada vez que se canta el salmo. Si el salmo no puede cantarse, se recita según el modo que más favorezca la meditación de la palabra de Dios. En lugar del salmo asignado en el leccionario pueden cantarse también o el responsorio gradual del Gradual romano o el salmo responsorial o el aleluyático del Gradual simple, tal como figuran en estos mismos libros.

Segunda lectura

Es tomada del Nuevo Testamento, salvo del Evangelio. Generalmente es un pasaje de alguna epístola. Esta lectura se omite en los días de semana, a no ser que coincida con una solemnidad.

Aleluya

Es una aclamación que precede a la proclamación del Evangelio. Se canta después de la lectura que precede inmediatamente al Evangelio, y puede ser sustituido por otro canto establecido por la rúbrica, según las exigencias del tiempo litúrgico. Esta aclamación constituye de por sí un rito o un acto con el que la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor que les va a hablar en el Evangelio, y profesa su fe con el canto. Lo cantan todos de pie, y, si procede, se repite; el verso lo canta el coro o un cantor. El Aleluya se canta en todos los tiempos litúrgicos, excepto en el tiempo de Cuaresma, en el que, en lugar del Aleluya se canta el verso que presenta el Leccionario antes del Evangelio, llamado tracto o aclamación. Quizá las más conocidas de estas aclamaciones sean las de Semana Santa. Si hay una sola lectura antes del Evangelio, se puede tomar o el salmo aleluyático o el salmo y el Aleluya con su versículo. En el tiempo litúrgico en que no se ha de decir Aleluya, se puede tomar o el salmo y el versículo que precede al Evangelio o el salmo solo. Si no se cantan, el Aleluya o el verso antes del Evangelio pueden omitirse. La "secuencia", que, fuera de los días de Pascua y Pentecostés, es facultativa, se canta antes del Aleluya.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario